Mucho se habla acerca de la autoestima y lo importante que es en nuestras vidas pero… ¿realmente sabemos por qué? En esta entrada conversaremos acerca de la autoestima y te compartiré, desde el punto de vista psicológico, algunos consejos para fortalecerla. ¿Te animas a ponerlos en práctica?
¿Qué es la autoestima?
Su mismo nombre lo dice: la autoestima es el grado en que una persona se valora y se “estima” a sí mismo. Esta valoración puede ser positiva o negativa y se va formando a lo largo de nuestras vidas, quiere decir que NO es un concepto estático, sino que varía en relación a etapas o situaciones que ocurren en tu vida. En sí, la autoestima tiene como base tu historia personal, tus vivencias y experiencias.
Según el grado de valoración hacia ti mismo, tu autoestima puede ser alta, media y baja. Explicado esto, estarás de acuerdo en que es común leer o escuchar comentarios como “esa persona no tiene autoestima” lo que sería incorrecto, ya que esa persona podría tener un nivel bajo de autoestima, lo cual es muy diferente a NO tenerla.
La autoestima es un concepto simple y a la vez complejo, es común encontrar confusión sobre su definición y el parecido que tiene con otros conceptos importantes como:
- Autoconcepto: son las creencias que tienes de ti mism@, cómo te percibes.
- Autoimagen: qué tanto te agradas a nivel personal y físico
- Autoeficacia (o también llamada autoconfianza): confianza y convicción que tienes sobre ti mism@ para lograr resultados o superar obstáculos
Todos estos conceptos forman parte de una autoestima saludable, si te gustaría que profundice más en ellos, déjamelo saber en los comentarios.
5 consejos para fortalecer tu autoestima
1. No te compares
No vivas angustiado/a por lo que “no eres” o lo que “te falta”. Recuerda que todos tenemos un encanto que nos hace únicos y bellos, pero es posible que no te hayas dado un tiempo para pensar en tus maravillosas virtudes por enfocar toda tu energía en lo que no tienes o te gustaría tener.
A ninguna persona le gusta ser comparada ¿cierto? entonces…¿por qué hacerlo con nosotros mismos? Sé cada vez más consciente de ello y ampáyate cada vez que te estés comparando para respirar hondo, detener esos pensamientos y transformarlos en creencias más saludables. Recuerda el no compararte en lo absoluto y aceptarte incondicionalmente.
2. Construye un ‘yo ideal’ aterrizado
Todos tenemos 2 tipos de ‘Yo’: el ‘yo real’ y el ‘yo ideal’. En palabras simples, el ‘yo real’ se refiere a lo que somos y el ‘yo ideal’ se refiere a lo que nos gustaría ser. Por lo general, la mayoría de personas suelen tener aspiraciones y expectativas exorbitantes, pero hey, ¡está genial que alguien quiera comerse el mundo y destacar!, el problema recae en la discrepancia que se genera entre ambos ‘yo’.
Cuanto mayor sea la discrepancia entre tu ‘yo real’ y tu ‘yo ideal’, mayor será la insatisfacción contigo mismo. Caerás en críticas constantes, en autoexigencias injustas y es probable que minimices tus logros. Por ello, es importante achicar la brecha entre ambos ‘yo’. Que tus aspiraciones partan de tu realidad, que sean metas realistas que eres capaz de lograr con esfuerzo y dedicación.
Si la meta que tienes es sobredimensionada, en vez de motivarte día a día, solo te frustrará pues serás autoexigente contigo mismo de una manera destructiva. Si quieres ver un ejemplo, puedes visitar nuestro video de youtube.
3. Practica el autoelogio
Todo el tiempo tienes un dialogo interno contigo mismo y lo que te dices puede ser muy beneficioso o muy dañino para tu vida; ello depende del contenido del dialogo así que…¿por qué no le das un contenido positivo y constructivo?
Vivimos en una sociedad en la que la humildad y la modestia son muy valoradas mientras que el autoelogio (sin llegar a ser una conducta narcisista) puede resultar muy peculiar para algunas personas. Cuando te hablo de un autoelogio, me refiero a una manera positiva de hablarte a ti mismo y felicitarte cuando crees haber hecho bien las cosas. ¡No tengas miedo! no estarás siendo pedante ni soberbio, es una necesidad psicológica que hace que tu mente sea más segura y poderosa.
“¡Que bien lo hice!”, “Estoy orgullosa de mí”, “Me gusta como me veo” son algunos ejemplos de autoelogios que puedes poner en práctica. Éstos no tienen que ser dichos en público ni a voz en cuello, lo puedes compartir con tus seres queridos, lo puedes decir para ti misma y convertirlo en un hábito que potenciará muchísimo tu autoestima.
4. Prémiate y date gustos
Este consejo es simple, pero es posible que no lo hagas con frecuencia. Tómate un tiempo para pensar lo siguiente: ¿Cuánto tiempo a la semana le dedicas a tu persona? ¿Con qué frecuencia te premias y te das gustos?
Piensa y descubre diferentes maneras de premiarte, hay innumerables formas de hacerlo y ello depende mucho de tus gustos, actividades favoritas, cosas materiales o hobbies. Al igual que el autoelogio, el autopremiarte cuando hayas hecho algo bien o simplemente porque se te ocurrió, fortalecerá tu autoestima. Date el permiso de disfrutar de lo que te agrada y apasiona, no te autocastigues.
5. Vive el momento presente
La obsesiva fijación por el pasado te puede llevar a utilizar palabras de “todo o nada” y así tus creencias irracionales te harán sentir más vulnerable e inseguro. Por ejemplo, si en la universidad te costaba mucho hacer exposiciones frente a audiencias es posible que tengas la siguiente creencia “NUNCA he dado una buena exposición” “SIEMPRE lo hago mal”. Estos pensamientos, de manera inconsciente, te llevan a auto sabotearte y a dudar constantemente de tu potencial.
Por eso, recuerda que el mejor momento para vivir es el aquí y ahora, tu pasado no te condena y es por eso que eres capaz de construir nuevas historias. Elimina el “siempre” y “nunca” de tu repertorio y atrévete a cambiar las cosas a tu alrededor.
Cuéntame si te animas a poner en práctica estos consejos o cuál fue tu favorito. Espero que te haya sido de utilidad y que te motive a fortalecer cada día más tu autoestima; recuerda que todo gran cambio inicia con pequeños pasos y decisiones.